El “Alimento de mi Boca” de hoy es con Música de Pink Floyd “Wish you were here”
"LA ESPERA"
Cuando llego a algún lugar sé que aunque no esté en mi intención… voy a tener que esperar. Entonces me aleccioné para poder esperar aquello por lo que, se supone, todos alguna vez esperamos. Esperamos en las paradas de colectivo, el vagón del Subte, el tren, los atajos y los ascensores, trato que La Espera se haga pequeña en el tiempo. O bien asumo que en realidad eso no me ocurre para no tener que suspirar mientras La Espera, (cosa impensable, soy demasiado terca).Entonces en esas ocasiones para bien, agarro el toro por las astas, con dos manos y me voy a esperar a un lugar de verdad como la sala de espera del ginecólogo y ahí planifiqué La Espera que es parte del todo. A medida que experimentaba las esperas de los demás, supe que el lugar en el que a uno le entra la inspiración de esperar, de suspirar… No debe ser ni demasiado frío, ni demasiado templado. También influye el estado de soledad en que uno se encuentra. Porque esperar acompañado no es esperar, es tan sólo pasar el rato. Tampoco era igual el que espera el perdón de su padre , su madre o hermano por alguna tontería dominguera, el que espera que aquel chico o chica de ojos lindos le correspondiera… que el que espera un aumento de sueldo desesperado. Cada espera tiene su sitio, su momento, su suspiro y su agonía. A mí me parece maravilloso ver a toda esa gente esperar. Yo lo había intentado, con absoluto fracaso,esperar! a lo largo de toda mi vida… Una vez llegué a pensar que el tiempo de subida del ascensor era quizá demasiado corto para mi humilde cabecita pensante, así que me pasé allí media tarde…Arriba, abajo, arriba, abajo. Y a parte de conocer a un montón de gente nueva que esperaba, yo tan sólo aumenté mi frustración. Por eso a veces lo dejo todo y me voy al mar. Es el lugar ideal para esperar .porque ahí hay playa y todo el tiempo del mundo…Y ahí en los veranos aprendo a esperar, planificando mi año, mis trabajos y sueños… En una de esas idas a la playa y un día en el que ya era hora de volver, decidí pasar mi última día en la playa de siempre. Y como siempre, coloqué mi toallita alejada de la muchedumbre. De pronto, un par de chicos de no más de 6 años se pusieron casi en mis pies a jugar. Escucharlos no sería ya una perdida de tiempo para alguien como yo, que sólo esperaba. Se pasaron horas construyendo los castillos de sus sueños, y después los derribaron juntos. Se abrazaron un par de veces, y otras tantas se pegaron con una pala. Una vez uno de los niños le llamó al otro “Gil, y el otro le contestó con un “Feo”. Se rieron muchísimo, se contaron sus sueños, y después vino la madre del niño con lentes grandes de sol y le hizo vestir a uno de ellos. “¿Con quién juegas Miguel?”, - le preguntó la madre, - “Con mi amigo” - le contestó Miguel-, “Y cómo se llama tu amiguito…?”, y Miguel tras unos segundos de pausa le contestó a su madre “¡Ay mamá, y yo qué sé!”.
Fue entonces cuando sonreí, y me di cuenta de todo. Miguel y su amiguito eran completamente felices, y sin embargo, no esperaban a nada ni a nadie. Llevo casi la mitad de mí vida aprendiéndome el horóscopo y la canción favorita de toda la gente que quiero. Jamás he esperado nada ni a nadie…porque mientras tanto estoy aprendiendo a ser feliz de eso me sirvió “La Espera”…esperemos juntos! Dale?
El Círculo Música, Conceptos y Vos!!!
Mail: ayelendangelo@yahoo.com.ar
